¿Enojado con Dios?
¿Alguna vez has estado enojado con Dios, has sentido que Él está ignorando tus súplicas?
Cuando el dolor y el sufrimiento parecen feroces, es difícil caer de rodillas.
El sentimiento es demasiado conocido, un dolor implacable que no desaparece.
La agonía que nos hace gritar, mientras las lágrimas caen y nos preguntamos por qué.
Cuando la ira brota y nuestra fe comienza a decaer
Cuando nos sentimos abandonados y Dios parece estar muy lejos
Nos quedamos con preguntas y no podemos comprender
Por qué nuestras oraciones parecen no ser respondidas y nuestro corazón no puede enmendarse
Clamamos a Dios, pero nuestras palabras parecen en vano
Nuestro corazón se vuelve pesado, y nuestra alma se siente agotada
Sin embargo, en medio de todo, Dios susurra en nuestro oído
"Aquí estoy, hijo mío, y siempre estoy cerca".
Podemos sentirnos solos, pero no estamos solos
El amor de Dios nos rodea y nunca estamos solos
Porque en nuestra angustia, Él se mantiene fuerte
Y en nuestro dolor, Él nos lleva
Así que abramos nuestro corazón a Él en oración
Entreguemos nuestra ira y dejémosla al descubierto
Porque en Él encontramos la fuerza y el coraje para creer
Que en nuestro quebrantamiento, Él puede sacar belleza de las penas.
Si estamos enojados con Dios, es importante recordar
que Él conoce nuestro dolor y está con nosotros para siempre Él
ve las lágrimas que lloramos y las sostiene en Su mano
Él entiende nuestras luchas y tiene un plan perfecto
Podemos no siempre lo vemos, y puede que no entendamos
Por qué debemos soportar tanto dolor, en este mundo quebrantado en el que nos encontramos
Pero Dios ve el panorama general, y Él sabe exactamente lo que necesitamos
Para crecer en la fe y el amor, y en Su voluntad para ser liberados
Así que confiemos en Dios, incluso cuando estamos enojados y confundidos
Aferrémonos a Sus promesas, y en Su Palabra seamos infundidos
Porque en Él encontramos esperanza, y en Él encontramos paz
Y en Sus brazos amorosos, cesará nuestro dolor e ira.
¿Alguna vez has estado enojado con Dios, has sentido que Él está ignorando tus súplicas?
Cuando el dolor y el sufrimiento parecen feroces, es difícil caer de rodillas.
El sentimiento es demasiado conocido, un dolor implacable que no desaparece.
La agonía que nos hace gritar, mientras las lágrimas caen y nos preguntamos por qué.
Cuando la ira brota y nuestra fe comienza a decaer
Cuando nos sentimos abandonados y Dios parece estar muy lejos
Nos quedamos con preguntas y no podemos comprender
Por qué nuestras oraciones parecen no ser respondidas y nuestro corazón no puede enmendarse
Clamamos a Dios, pero nuestras palabras parecen en vano
Nuestro corazón se vuelve pesado, y nuestra alma se siente agotada
Sin embargo, en medio de todo, Dios susurra en nuestro oído
"Aquí estoy, hijo mío, y siempre estoy cerca".
Podemos sentirnos solos, pero no estamos solos
El amor de Dios nos rodea y nunca estamos solos
Porque en nuestra angustia, Él se mantiene fuerte
Y en nuestro dolor, Él nos lleva
Así que abramos nuestro corazón a Él en oración
Entreguemos nuestra ira y dejémosla al descubierto
Porque en Él encontramos la fuerza y el coraje para creer
Que en nuestro quebrantamiento, Él puede sacar belleza de las penas.
Si estamos enojados con Dios, es importante recordar
que Él conoce nuestro dolor y está con nosotros para siempre Él
ve las lágrimas que lloramos y las sostiene en Su mano
Él entiende nuestras luchas y tiene un plan perfecto
Podemos no siempre lo vemos, y puede que no entendamos
Por qué debemos soportar tanto dolor, en este mundo quebrantado en el que nos encontramos
Pero Dios ve el panorama general, y Él sabe exactamente lo que necesitamos
Para crecer en la fe y el amor, y en Su voluntad para ser liberados
Así que confiemos en Dios, incluso cuando estamos enojados y confundidos
Aferrémonos a Sus promesas, y en Su Palabra seamos infundidos
Porque en Él encontramos esperanza, y en Él encontramos paz
Y en Sus brazos amorosos, cesará nuestro dolor e ira.